lunes, 10 de enero de 2011




tras un leve parpadeo, cerro la puerta, se fue en busca de las estrellas,
la dejo sola y abandonada en aquel lugar inhóspito, encerrada entre las paredes
que apestan a sangre carcomida por la angustia, elixir inextinguible que brota de lo
mas profundo de sus heridas, producidas por miradas vacías, sin palabras, sin alma,
ojos embusteros que prometían la existencia de un delirio continuo entre azahares y 
asfalto mojado, delicados susurros de una garganta callada por la precariedad
de su verdad.

caminos absurdos que se entrelazan, se corroen, se corrompen, se marchitan,
se mutilan con la decepcionante imagen surreal de la incierta certidumbre,
sumergida en el eterno devenir de emociones caídas en saco roto.

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